Sin esperar nada
nada
de lo esperable,
conseguí levantarme del suelo
a base de empujones
decididos, pero poco reflexionados.
Desde la leve altura
de mi escalera colgante,
asumo todas mis limitaciones,
y me escarbo a uña limpia
las cicatrices de mi experiencia,
anclandome a un globo gaseoso
en espera del proximo huracan.
En medio de la pantomima del cotidiano,
encuentro la feliz certeza de lo incierto,
el agujero en el vacío,
la gota seca en el oceano,
la ignorancia en la estupidez
Deseoso de molestar
a varias convicciones solidas
y autoconservadas,
invito
e invito
a los vividores que suerteen esta lectura,
a la rebelion completa
de su integridad,
a colgarse de los sobrantes
de su razocinio
para balancearse y saltar
hasta las orillas
de la ilogica dicotomista.
Los invito
a invitarse
a creer
en el filo
profundo
plateado
y mortal
de sus dudas.
.