la ventana al este

llegan
las blancas sombras
  como que    amenazan.
pero..no hay nada mejor que hacer
que observar   y
                    disfrutar también
un poco
            de la   tensión

por supuesto, hay muchos   tantos
que no llegaron.

además está      todo todo      ese silencio.
  por momentos lo veo
avanza, sabes....

        caminemos juntos hoy y          alcancémoslas
                             molestemos un poco a ese viento
  tan callado      condenado
 y    esas blancas    incidiosas
      vuelven y van                 las sombras
blancas           como acostumbrándose al cielo

caminemos juntos
     como lo hacíamos tal vez
una mañana

  casi que se disfruta    este peligro
   quemarse      hundirse        en una buena razón
para correr.
  hoy me siento particularmente            violento
  con la tarde                    caminemos juntos.

yo voy a ir         a mirarlo de cerca
   al sol aplastado
           siento que
me está               desafiando

exudándonos

gotean las tardes
 ansias de presencia
rocío fresco
del sentimiento

tardes rojas mañanas rojas


´tenemos que salir antes de que sea peor-
ella casi lo miró mientras se terminaba lo que había en el vaso.
´¿te acordás de ese perro que siempre pasaba por esta calle y se quedaba dando vueltas como buscando algo…?-
llegaban los sonidos de los últimos motores, junto con cierta ansiedad de sabor a sudoeste.
´si estamos bien preparados no va a pasar nada, vos quedate tranquila- mientras metía las ultimas cosas en el bolso.
´¿preparados para que? vos siempre con todas las precauciones..va  a pasar lo que tenga que pasar…y si se pudre que se pudra-
la miro como si todavía no la conociese o como si la conociese demasiado.
alguien pasaba corriendo, intentando ser sigiloso, por la calle de la esquina.
 por supuesto que en este silencio que maduraba hacia días, cualquier movimiento era llamar las atenciones.
mientras se ajustaba los cordones contra el televisor quemado, se dió cuenta de esos dos pajaritos que la miraban desde afuera,      parados en un cable de energía.
 la miraban casi como si entendieran que ella estaba y no estaba, que daba vueltas abajo de ellos disputándose las migajas de la vida, muriendo todos los días de alguna manera
  peleando tercamente contra las inclinaciones del mundo…miserablemente, graciosa.
 para ellos, ni más ni menos que otro día ruidoso.         pero aun así, los pajaritos la miraban
  lo sentía, la miraban y la veían
y ella se sentía como en un terrible antizoologico, dónde la venganza -o mejor dicho, el castigo- de lo implacable se asentaba cada día más, cuando esos pajaritos, esos perros, esas nubes desgraciadas
 nos miraban ahora por fin, enfrentarnos a nuestro encierro, a nuestras superioridades y dominaciones.
 todo el peso de nuestra historia, pudriéndose desde adentro, amenazada su componente mas preciada y mas frágil..

´tenemos que salir, hoy ya no podemos quedarnos acá, tan cerca.- cargaron, ajustaron, ultimo trago, dos suspiros..´dale, que va a ser divertido, o no?-

afuera, por supuesto, brillaba el sol, como si nada hubiese pasado.

LGPE12102012

como sabiendo de su embrujo, las ballenas disfrutan su magnetismo
cantándose las victorias de mañana entre nosotros y el techo.
empujados desde adentro hacia el límite
incontenibles
hacia el borde mismo del abismo. latiendo enteros como explosiones, sólo queda responder a esos llamados:
saltar a ese abismo de aire caliente.
caer caer y flotar  o acaso volar
incontenibles.
cabalgando sobre ese tren suprasónico, como apurando el galope
hacia una batalla final
hacia un juego decisivo.

con los vientos de una despedida desgarrante, llega cantando la alegría de todo el peligro
llega la oportunidad de arriesgarse de nuevo para salvar todo aquello
todo el bosque  todo el brillo   todas las estrellas sobre un lago hirviendo de frio.

y sobre nuestras cabezas, se abren las penetrantes puertas del cosmos
mientras un coro de infantiles criaturas mitológicas nos convence
llegan las estridentes señales desde el cielo:   todos los unicornios vuelan hacia el horizonte láser.

la música sigue, como si nunca hubiese terminado.

´silenciosa primavera


aullan las flores
 la tarde duele
y gusta

se olvidan las voces
  los pasos quedan solos
andando

hay tal vez     un cielo
 un dia  
         una palabra

acá
 sólo avanza el viento

inspirantes amenazas

alégrame las tardes
 exudado del dolor
  líquido animado
       de las carnes

te lo advierto
 no permitas
  que te alcance

empecinados

miles de intentos
   son sólo un reguero de pólvora

  pero..
    que no lluevan fuegos
     que no lluevan