Insinfonía

La tranquilidad de no esperar nada
pero estar preparado para todo
Un baile continuo, indescifrable y gracioso
que insiste, se resiste y aprende
La transparencia de ser y sentir
profundo y vasto
siendo, sintiendo.
El fuero propio habitado de satíricas encarnaciones,
fantasias todabía no soñadas
Contradictoria omnipresencia
de saberse suspiro inocente
en el huracan
y cataclismo reververante
en el vuelo de una abeja.
El pasado musical y liviano como un eco de montañas nevadas
reforzando en tanto inexistencia, la líquida potencia de cada instante absolutista
de cada presente en piel
de cada mirada tímida
de cada latido en vientre y aliento de fuego lunar
Silencio planetario como toda envestidura,
defendido con barvura
por el canto antojadizo de las ballenas del alma.
Silencio:
el llamado más personal.

 










Abismos y más

Lo cierto, visto desde lejos,
es que me sentía firme
sujeto
sujetado.
Había lo sólido bajo mis pies,
había lo medible de acá al horizonte,
había lo redondo, lo frío y también todo lo que me entraba en las manos.
Conocía de mareos, claro. Aislados golpes de flanco que recibían los rieles de mi conciencia. Luego temblor, pausa, reflexión y vuelta a enderezar. Sabía que botón apretar en caso de emergencias, tenía siempre la vida recién lavada, por si acaso.
Tenía también, la longitud de las alturas, las morfometrías de los vientos y copia por triplicado de todas las manchas en el suelo.
Por esto el desconcierto, el mareo, el miedo inicial..¿entendés?
Ahora lo siento natural, pero cuando los conocí me estremecí. Quise sujetarme de algo con fuerza,
con uñas también.
Pedí por ayuda a mis ancestros, y hasta llegué a injuriar a algún libro extraño.
Obstinación.
Apenas los mire con atención, supe que todo se desmoronaba,
 que se había desintegrado el camino antes pisado.
Los ví de frente, como se mira a lo sincero y a lo peligroso. Inclusive por un segundo pensé en tantearlos con la punta del dedo..no sabia si me exigirían abrigarme.
Pero claro, vos sabés, no hay medias incursiones en este mar total.
Ahí sólo me resto caer.
Caer sin lugar a dudas
caer cayendo mientras caía.
Buscando una referencia, al principio
caía.
Aturdido por el silencio
caía.
Vi crecer al infinito.
Vi oscurecerse a la nada,
cayendo.
¿Calor? Más. Fuego,
fuego violeta y liquido.
Fuego absoluto.
Ví las plumas nacerme,
mientras caía sin medidas.
Ví el aleteo intentándome,
y, cayendo, me descubrí sonriendo.
Con el viento en la cara me descubrí silbando a todo amanecer.
Nadie me lo dijo, pero lo escuche como un ciego,
ya no sólo caía, ahora volaba.
Ahora vuelo con fuerza
hacia el corazón del abismo.
En tus ojos no me caí.,
 En tus ojos me zambullí.

Reconozcanmelo, damas y caballeros.

Quisiera saber ir hacia un lugar mas alto.
Ir subiendo no muy rápido,pero sin detenerme. Sería...como subir nadando.
No perderme de nada en el camino,
ver el asombro en la expresión,
ver el horizonte completándose,
sentir la duda más que el miedo...¿a quien podría pedir explicaciones?
Seguir subiendo sin mas opciones,
salvar un calzado del suicidio,
intentar un insulto, pero sin éxito.
Un escalofrío habría, seguro,
después un bostezo que, sin anuncio, rompe 
en desperezo torpe
..y me saca de línea, me desencaja completamente,
desconecto con el cielo,
y algo se rompe,
perdón, se rompería.
Inexplicaríame cómo, pero comenzaría ahí
mi caída.
Desrecorriendo mi ascenso, ya no lento y adormecedor,
sino violento, girando y golpeando, golpeado
lateralmente, por mil vientos
que en suma no me permitirían, ni oír mis gritos gritados.
O tal vez no llegaría a gritar nunca...quien sabe.
Como sea, el impacto sería seco y paterno.
Abrir primero un ojo y luego tal vez ambos, sería un gran esfuerzo;
incorporarme lento y por segmentos, cual robótica baratija.
Tras cierta prudencia erguiríame en ángulo recto y así, sentado razonáblemente,
con las facciones en ridículo arreglo, con el vértigo, con el viento
vivos aún;
me preguntaría, ansioso
casi riéndome ante la indiferencia..
¿nadie me vió volar?



´raro y conocido..

Era un día poco serio,
Una tarde de risas y tropiezos.
No había ganas,
no había horas
si miradas
y bostezos.

Ví a un pibe que miraba

me miraba, ya me hablaba
No recuerdo
que le dije
dijo Joco, se llamaba.
Fue una charla
y nada más
Hubo un viaje
o fueron más
Recorrí mucho
y no hacia atrás.

Me contó tanto

o me enseñó
Estaba apurado, o no tanto
se le iba
y no era el tren
se le escapaba, se le escurría

 “Hoy es hoy,

es hoy el día

“Vos decime”, yo le dije
“¿Qué hay de raro
que hay de malo?”
Es la gente
y no es nada,
somos todos, y nosotros
que corremos, balbuceamos
nos chocamos,  no nos vemos
que locura, que despiste
huyen del tiempo
huyen de eso, que no existe.
Sólo hay techo,
si hay paredes.
Sólo hay suelo,
si pisás
si vos creés
que no podés.
Pero hay una ventana
y otra más

Y gritando, le grité

“¡No la veo!¿Qué hay que hacer?
Indicame, convidame
no hay salida, no la veo
vos sabés, vos llevame”
Y se ríe
y me cuenta
ya se abre, me comparte
No hay un modo, no te rías
vos me ves, porque querés
no me creas, no te creas
no te aferres, vos soltate
vos dejate, abandonate.
Somos puntos, mi estimado
somos mundos
no cerrados, no redondos
somos fuego en un instante
mil y un
universos,
y dentro de ellos, miles más.
No hay tiempo, ni hay apuro
pero, en serio
una vez,
descubrite descubriendo
asomate a tu ventana,
ya después no es lo mismo
ya no hay dudas
no hay angustias,
hay certeza
hay fiereza
atención, 
está atento
no te pierdas ni un detalle.
Hay un aleph en cada esquina
no me creas, no te aferres
vos sentilo
al impulso
el abismo
el tornado

Por supuesto, sin respuesta

ni la intento, ni la pienso
ya se vá, ya es momento
sobre un banco de la plaza,
se prepara
se endereza
¿Qué le pasa?
No vacila, sólo siente
y se siente la energía.
Ya se arquea, se acuclilla
y se lanza
y de un salto, de cabeza
se enclava, en el piso
que no es piso
no camina
él ya nada
él ya vuela,
ya lo hizo.