los más inocentes siguen contentos de envenenar a las Santas Madres
y se entretienen
recordando los luminosos sonidos de esas pobres bestias huérfanas
disfrutando más de los dedos ahorraremos en desengaños
y fármacos
por eso es tan urgente inventar nuevos juegos
uno muere tres veces y entonces puede cazar al troglodita de cola larga
te respeta o te desgarra
algunos miedos ya encuentran estructuras
refugio y alimento
quieren prohibir lo que nunca nos sobró
ellos se parpadean de lejos porque temen gritarse de cerca
miedo a que te muerdan la lengua
por suerte las noches siguen llegando grandes y preñadas
al que se le acaba el veneno
busca dónde afilarse las puntas y apreta los dientes
algunos dicen que es tiempo de descansar
y rascarnos las llagas
transmutar
y dejar marcas en los altos paredones oscuros
a mi me alcanza con ver cómo aprendemos a volar sin parpadear
y a hacernos finitos para acostarnos en el horizonte
ayer vi el reflejo de alguien que me esquivaba la mirada
dijimos lo mismo al mismo tiempo
me tomé lo que me quedaba y seguí acechando
siempre me gusta estar solo cuando no hay nadie
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