LGPE12102012

como sabiendo de su embrujo, las ballenas disfrutan su magnetismo
cantándose las victorias de mañana entre nosotros y el techo.
empujados desde adentro hacia el límite
incontenibles
hacia el borde mismo del abismo. latiendo enteros como explosiones, sólo queda responder a esos llamados:
saltar a ese abismo de aire caliente.
caer caer y flotar  o acaso volar
incontenibles.
cabalgando sobre ese tren suprasónico, como apurando el galope
hacia una batalla final
hacia un juego decisivo.

con los vientos de una despedida desgarrante, llega cantando la alegría de todo el peligro
llega la oportunidad de arriesgarse de nuevo para salvar todo aquello
todo el bosque  todo el brillo   todas las estrellas sobre un lago hirviendo de frio.

y sobre nuestras cabezas, se abren las penetrantes puertas del cosmos
mientras un coro de infantiles criaturas mitológicas nos convence
llegan las estridentes señales desde el cielo:   todos los unicornios vuelan hacia el horizonte láser.

la música sigue, como si nunca hubiese terminado.