un millón de momentos
en este momento
sobre los balcones del invisible horizonte
se amontonan los dolores
los amores las batallas y tantas ridículas manchas
de vitalidad inexplicable
en el centro de las festividades todo parece refrenarse
en un intrépido reverdecer
de las alegrías tempranas
ese punto el único
se dilata se expande
cómo una insolente metamorfosis
se me desllenan de mucho los designios fundacionales
y se inflaman con inflamables
todos los vacíos
ya las manos saludan la despedida
de este mundo que brota
del mundo
y arremete contra el aire
me bajo y me subo indudable
vuelo y me entierro
ambiciosamente