otro cuento (I)
entonces el viento sacudirá
las montañas
cuando se nos inflame la costumbre de tener tanta razón
y la razón de ser la costumbre
dejaremos ese día las precauciones -las muy cizañeras-
mientras la piel nos efervesce en
iridiscentes espinas
desgarrando las vendas de la carne y de todo lo demás
sin haber nunca hablado más que palabras
sangraremos los gritos del sudor
y del silencio
-no sin llantos sangraremos
reiremos
tras las inexorables sombras de la luz
nos dejaremos ir corriendo
volando o
respirando
y las despiadadas olas del mar interior
masticarán ligero las derruidas páginas
de nuestra obstinación -capítulos lánguidos y aburridos
de una guerra contra el miedo
contra lo otro y la Nada
pisaremos entonces sin pudor
las arenas turbias
en cuyos cubos descansa el último recuerdo de cómo un día
nos acostumbramos a todo
libando la dulce ignorancia
de la pútrida sabiduría