Yo, reptil.

Hay un lagarto bajo mi cama
gris
el lagarto.
Me escucha y se inquieta cuando entro
y cuando salgo,
y me sigue a veces,
siento que me sigue..
Está siempre el reptil,
lo escucho caminar siempre,
caminar torpemente y ruidoso,
arrastrando garras y escamas
escamas casi negras.

Lo escucho ya en todos lados,
reptando, retorciéndose,
impaciente, inquieto,
ávido,
húmedo
y vivo,
creciendo dentro mío.

No me habla, es un lagarto
pero me dijo que no se va
que se queda me dijo.
Ya lo veo también en vos
asomando entre tus dientes,
escurriéndose en tu pelo,
aunque es gigante, mi lagarto.

¿O seré yo el que soy suyo?
Se inquieta cuando me duermo,
cuando pienso en irme lejos,
escapar.
Me muerde los dedos,
el hígado,
la nuca me muerde.
Sin matarme me aplasta,
me asusta,
me asfixia,
me atrapa.
No sé ya si evitarlo tiene sentido,
Se me ha ido el coraje,
la fuerza no la tengo.
Quiero ser yo el lagarto,
soy el lagarto
el lagarto que más busco,
y me veo verme
y me asecho desde la sombra de mi.
Me persigo y, si puedo,me ataco desde abajo
me rompo la vida,
me como el hígado,
me como los huesos, mis huesos
y seré entonces verde
y seré salvaje,
seré libre
y ruidoso,
trepado al mundo de mi lagarto.